La finalidad del Viaducto de Segovia era prolongar la calle Bailén y salvar el desnivel de la calle Segovia que discurre perpendicularmente a sus pies, uniendo asi el Palacio Real con las Vistillas.
Ya desde época de Felipe II, la calle Segovia se convirtió en un importante punto de acceso a la nueva capital mediante la construcción de la Puente segoviana, obra de Juan de Herrera en 1584, por lo que los viandantes tenían que realizar un complicado descenso y ascenso a través de las llamadas costanillas. para acceder a la zona del Alcázar.
Era necesario un viaducto que salvara el fuerte desnivel y se comienza a concebir con el primer Borbón, en 1736 el italiano Sachetti diseña un proyecto que no logró ejecutarse, la idea se retoma con José I, ahora es el arquitecto Silvestre Pérez, pero el proyecto también fracasa.
El 31 de enero de 1872 se inicia el primer viaducto de hierro, obra de Eugenio Barrón, consistía en una gran avenida que uniría el Palacio Real con la Basílica de San Francisco el Grande. Fue un alarde tecnológico, cruzaba a una altura de 23 m. con una longitud de 120 m. y una anchura de 13 m, capaz de aguantar 400 Kg por m2, fue inaugurado un 13 de octubre de 1874 con la comitiva de los restos de Calderón de la Barca.
Tras una vida útil de menos de cincuenta años ya se comenzaba a pensar en la elaboración de otro viaducto debido a su mal estado de conservación. El primitivo viaducto de hierro y madera fue derribado finalmente en 1932.
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