Situado entre las calles de la Montera 33, y la calle de las Tres Cruces, conocido como el Pasaje de Murga en recuerdo de Mateo Murga quien lo financia en 1845.
En el segundo tercio del XIX florecieron los llamados pasajes comerciales siguiendo modas europeas. Eran galerías abiertas que comunicaban dos calles donde tenían su sede tiendas de lujo y cafés para un público selecto.


En Madrid no tuvieron éxito de forma prolongada. Un año después de su apertura se abandona el proyecto. Así y todo, el pasaje continuo abierto con transformaciones que alteraron su fisonomía y de los lujosos establecimientos se paso a tiendas más populares.
Diseño de Juan Estebán Puerta, aprovechó un antiguo pasadizo configurado por los fondos de los patios interiores de varias casas. Lo conforman dos galerías corridas de arcos de medio punto, planta rectangular, en el entresuelo tiendas y cafeterías. Aún conserva un cierto sabor decimonónico, en sus grecas, coronas de laurel y otros motivos vegetales en balcones y puertas.
Gracias a las denuncias sobre su deterioro, desde el año 2013 se puso en marcha un plan de rehabilitación y recuperación de este espacio singular que hoy puede ser disfrutado en todo su esplendor.
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